lunes, 21 de enero de 2013

Un chiste clásico: La lombriz solitaria

Era un joven que va al médico por un dolor de estómago, luego de evaluarlo, el doctor le dice no tiene de qué preocuparse, pues solo tiene una lombriz solitaria.

—Mañana me trae una cereza —dice el galeno—, una uva, una galleta y un martillo.
—¿Con eso me curaré? —pregun ta el mozo intrigado.
—Usted traiga las cosas y ya veremos

Al día siguiente el joven trae todo lo que le pidio el doctor, el cual procede a desnudarlo, echarlo boca abajo e insertarle todas las cosas por la retaguardia.

—Doctor —gime el muchacho—, haga lo que quiera, cúreme, pero por el amor de Dios: ¡el martillo no!
—Descuide, jovencito —dice el médico—, el martillo es para después.

Adolorido y avergonzado el joven va y viene durante una semana, al cabo de la cual el doctor le introduce la cereza, la uva y ahí se detiene, entonces sale la lmbriz y pregunta:

—¿Y mi galleta?


Y ¡plaf!, le cae el martillazo.


Nota:
No es lo común escribir chistes en este blog, pero este clásico me lo había pedido un buen amigo y me dije, lo compartiré. Saludos.

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